El 24 de marzo de 2025 se cumplieron 10 años de la tragedia de Germanwings, un día en el que el vuelo 9525, un Airbus A320 que operaba la ruta de Barcelona a Düsseldorf, fue deliberadamente estrellado en los Alpes franceses por el copiloto Andreas Lubitz, resultando en la muerte de las 150 personas a bordo. Este evento marcó un antes y un después en la aviación, llevando a cambios significativos en las regulaciones de seguridad.
Tras la tragedia de Germanwings en 2015, la regla de "dos personas en la cabina" se implementó ampliamente como medida de seguridad en muchas aerolíneas, especialmente en Europa, para evitar que un piloto se quedara solo y pudiera tomar decisiones extremas, como ocurrió con Andreas Lubitz. La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) emitió una recomendación en ese momento, aunque no llegó a ser un requisito obligatorio en toda la Unión Europea. Algunas aerolíneas y países, como Estados Unidos, ya tenían esta norma antes del incidente, mientras que otras la adoptaron rápidamente tras el accidente.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la aplicación de esta regla ha ido perdiendo fuerza en algunos casos. Por ejemplo, en 2017, la Federación de Aviación Alemana (BDL) y varias aerolíneas alemanas, incluyendo Lufthansa (matriz de Germanwings), decidieron eliminarla, argumentando que no aportaba un beneficio significativo a la seguridad y que podía incluso generar riesgos adicionales, como facilitar el acceso no autorizado a la cabina al abrir la puerta con más frecuencia. Esta decisión se basó en evaluaciones que sugerían que el caso de Germanwings era excepcional y que otros controles, como los exámenes psicológicos más rigurosos y los programas de apoyo a la salud mental de los pilotos, eran más efectivos.
Hablo de todo ello con Kiko Novoa en esta entrevista en el programa Galicia por delante.