Baterías de litio en cabina: lecciones del incidente del Air China CA139
Estas imágenes se han viralizado en las últimas horas. Muestran el momento en que se desata un incendio en pleno vuelo a bordo del Air China CA139, un Airbus A321 que cubría la ruta Hangzhou–Incheon. ¿La causa? Una batería de litio (posiblemente un powerbank).
El incidente ocurrió ayer, sábado 18 de octubre (de 2025), a altitud de crucero, sobre el mar de China Oriental. El fuego lo provocó una fuga térmica (thermal runaway o embalamiento térmico), una reacción en cadena dentro de la batería, que se sobrecalienta, libera gases inflamables y genera llamas difíciles de extinguir solo con halón, el agente químico con el que están cargados los extintores portátiles (los de color rojo) que se emplean habitualmente a bordo.
Las imágenes difundidas en redes muestran como la tripulación controló el fuego con extintores. La aeronave pudo desviarse, aterrizar de emergencia en Shanghái y nadie resultó herido. Sin embargo, estos incidentes no son hechos aislados, sino una tendencia global al alza, no solo en China, sino en todo el mundo. En concreto, desde 2006, la FAA ha registrado, solo en Estados Unidos, unos 500 incidentes ; en 2024 verificó decenas de incidentes similares y en lo que va de 2025 ha comunicado alrededor de 50 casos más: ¡en torno a uno por semana!
El suceso tiene lugar en uno de los países (China) con el marco normativo más estricto en lo relativo al transporte de baterías de litio (e.g., powerbanks <160Wh solo en mano y protegidos)
Ejemplos recientes ayudan a dimensionar el riesgo: el pasado 5 de agosto (de 2025), en un vuelo de American Airlines Dallas → Madrid, el teléfono móvil de un pasajero se sobrecalentó y comenzó a emitir humo. Hubo un herido y daños en el suelo de cabina, que provocaron retraso del vuelo. Tan solo un mes antes, el 12 de julio, en un United Chicago → Portland, un ordenador portátil se sobrecalentó hasta el punto que acabó incendiándose. La tripulación aisló el dispositivo en una bolsa ignífuga en el baño, pero el humo obligó a desviarse a Casper, Wyoming.
Otro antecedente relevante tuvo lugar el pasado 28 de enero de este mismo año con el vuelo 391 de Air Busan en Busan (Corea del Sur). En esa ocasión, justo antes del despegue hacia Hong Kong, una batería portátil ubicada en un compartimento superior comenzó a arder y el fuego se propagó al fuselaje. Los 176 ocupantes fueron evacuados sin víctimas mortales, pero se registraron siete heridos leves y el avión quedó fuera de servicio. Investigaciones preliminares apuntaron a un cortocircuito interno en una batería de litio como causa probable.
En respuesta a todos estos sucesos, la FAA ha instado mediante un SAFO (Safety Alert for Operators o alerta de seguridad no vinculante) a las aerolíneas para que revisen los procedimientos de lucha contra incendios a bordo, recordando que el halón por sí solo no detiene la fuga térmica, reforzar la formación de las tripulaciones y mejorar la comunicación con los pasajeros (dónde y cómo llevar baterías, señales de alerta, actuación temprana... etc). El documento enfatiza que las baterías deben ir en ubicaciones visibles y accesibles, evitando que queden fuera de la vista o de difícil acceso, como puede suceder en algunos compartimentos superiores.
La agencia Reuters se refirió a ambos incidentes —el del vuelo de American Airlines y el de United— al informar de la alerta de la FAA.
Actuación ante un fuego de batería en compartimento superior (overhead bin)
✓ Seguridad inmediata: reubicar a los pasajeros de la zona, cortar fuentes de energía cercanas y que el/la TCP interviniente se equipe con PBE y guantes de protección.
✓ Apertura controlada del compartimento: mantenerlo cerrado y abrirlo ligeramente solo para aplicar el extintor de halón de forma dirigida (descargar, cerrar para que actúe; repetir si fuese necesario).
✓ Enfriamiento sostenido: tras suprimir la llama visible, enfriar de inmediato el dispositivo con abundante agua (u otro líquido no alcohólico/no combustible) hasta estabilizarlo. El enfriamiento debe mantenerse al menos 15 minutos tras la estabilización visual del dispositivo, o según indique el procedimiento específico de la compañía.
✓ No usar hielo ni bolsas con hielo: aislan el calor y retrasan el enfriamiento efectivo.
✓ Manipulación y traslado: no mover el dispositivo hasta que esté bajo control térmico y deje de emitir humo. Si los procedimientos de la compañía lo contemplan, introducirlo con pinzas/guantes en un recipiente no combustible con agua (p. ej., contenedor/kit de contención) y trasladarlo a un área designada (típicamente galley) para su vigilancia continua.
✓ Evitar sellarlo herméticamente o cubrirlo con materiales que atrapen calor/gases.
✓ Vigilancia: mantener observación constante y preparación para posible reignición hasta la entrega en tierra.
✓ Si ocurre en cabina de vuelo (flight deck): se aplica el mismo principio halón + agua, priorizando volar–navegar–comunicar; con los equipos de respiración puestos y, si es seguro y conforme a procedimientos, transferir el dispositivo a cabina para enfriamiento y vigilancia por TCP.
(*) Procedimiento basado en FAA AC 120-80B / SAFO 25002
¿Por qué el halón no basta y por qué hace falta agua? El halón 1211/1301 es un agente limpio que suprime la llama al interrumpir la combustión, pero no enfría la batería. Si el dispositivo está en thermal runaway, la celda puede reencenderse si no se reduce su temperatura. De ahí el procedimiento operacional recomendado: halón para abatir la llama y mucha agua (u otro líquido no alcohólico/no combustible) para enfriar el dispositivo y detener la reacción. Esta secuencia figura tanto en el SAFO 25002 como en la AC 120-80B (“In-Flight Fires”). Para contexto técnico complementario sobre halón en aviación puede consultarse esta ficha en Skybrary
Conclusión: la seguridad empieza antes de despegar
Pero más allá de la gestión en vuelo, la prevención es determinante. Con millones de dispositivos embarcando a diario, pequeñas malas prácticas (baterías dañadas, mal guardadas o sueltas sin protección de terminales) disparan el riesgo.
La evidencia operacional y regulatoria converge en tres ideas sencillas para pasajeros: llevar las baterías visibles y accesibles (no perdidas en un portaequipajes lleno), proteger los terminales y avisar de inmediato ante cualquier cualquier signo de olor, humo o calor anómalos. Son mensajes de seguridad que la FAA pide reforzar en briefings, anuncios y materiales informativos de las aerolíneas.
Imagen portada: redes sociales (autor desconocido)
Fuentes y referencias:
Guidance Document for Passengers Travelling with Lithium Batteries (IATA, 2025)
SAFO nº 25002 de 25 de agosto (FAA, 2025)
Advisory Circular (AC) nº 120-80B de 16 de marzo (FAA, 2023)
Halon replacement in the aviation industry guide de 10 de marzo (EASA, 2025)